sábado, 16 de octubre de 2010

Triatlón de Adeje 

El 9 de octubre tuve la oportunidad de participar en el último triatlón de este año, el Triatlón de Adeje, el cual se celebró en la Caleta de Adeje. Hay que reconocer que la participación fue bastante aceptable si tenemos en cuenta que a estas alturas muchos triatletas ya han finalizado la temporada.

Aunque no había entrenado demasiado para esta prueba y sabía que el recorrido era bastante duro, decidí apuntarme sin dudarlo, ya que éste y el del Médano son los únicos triatlones que se hacen en la isla y no quería perder la oportunidad de participar.

Como siempre ocurre en este tipo de pruebas, había un gran ambiente. Mucho público, triatletas consagrados y otros que participan por primera vez en un triatlón. Me encuentro con muchos amigos y conocidos, algunos participantes y otros espectadores. Todos comentamos que el mar está algo movidito para nadar y que el recorrido de bici será duro.

Nos dirigimos a la zona de boxes para el check-in. Antes una chica me tatúa el número del dorsal en los brazos y en las piernas. Al entrar nos revisan las bicis y comprueban que tenemos todo el material necesario. Me dirijo hacia la zona que me corresponde y dejo la bici, el casco, las gafas, las zapatillas, etc. En boxes saludo a más gente conocida. Veo algunos ciclistas y pienso que seguro que harán buenos tiempos en la bici.

Se suponía que la salida era a las 4.30 de la tarde. A las 4 nos dirigimos a la playa para calentar un poco. Desde la zona de boxes hasta la playa había que recorrer un buen tramo de asfalto y bajar por una rampa bastante empinada, algo que no me hizo demasiada gracia, ya que el asfalto estaba lleno de piedras y suciedad. Bajamos a la playa. Noto que tengo los pies por debajo llenos de piedrillas y pienso que cuando subamos corriendo será peor. Nos quedamos mirando las olas y pensamos que así será difícil que podamos nadar. Hay unas olas bastante grandes justo en la orilla, por lo que la entrada y salida del agua será complicada. Muy pocos se atreven a meterse en el agua, otros miran y se lo piensan. Yo decido meterme para ver si puedo nadar un poco. Justo al entrar viene una ola enorme y me sumerjo, aunque al salir a la superficie vienen otras dos olas igual de grandes y me revuelcan. Intento nadar un poco pero resulta casi imposible, así que decido dirigirme a la orilla de nuevo. Nado pero no avanzo, hasta que viene otra ola y la cojo como si fuera un surfista pero si tabla, jeje. Cuando llego a la orilla me doy cuenta de que he perdido una lentilla. Empiezo bien, pienso.

En la orilla, noto que algo se me ha clavado en el talón derecho, pero no puedo quitármelo. Cuando me toco el talón me duele. Son casi las 4.30. Pienso que así no podré correr. Con la arena es difícil ver lo que se me clavó, así que me voy a la zona de asfalto. Busco a Raquel y le pido que me deje unas pinzas. Me doy cuenta de que es un cristal y que cada vez lo tengo más enterrado. Al final, después de mucho luchar, Raquel consigue quitármelo, aunque pienso que así no podré correr. Buscamos la ambulancia de la Cruz Roja y está casi a 400 metros de la playa. Llego y les pido que me limpien la herida. Lo hacen y me ponen una venda, aunque me comentan que seguramente se me caiga en el agua. De todos modos, pienso que me tendré que retirar porque seguramente ya habrán dado la salida, ya que son casi las 5. Vuelvo a dirigirme a la playa y veo que todavía está la gente en la orilla. Parece que la salida se retrasa porque la organización aún no ha colocado las boyas. Llego a la playa y están llamando a los triatletas. Casi han terminado, por lo que me imagino que ya me habían llamado. De todos modos, me pongo el último y cuando los llaman a todos le digo al chico lo que me ha pasado. Al final parece que podré participar, aunque sin lentilla y con una venda en el pie, jeje. Me quedo con José Manuel atrás del todo. Está nervioso, aunque es normal al ser su primer triatlón y al ver el estado del mar. Al final le salió muy bien, seguro que se termina enganchando a este deporte.

Dan la salida y salen todos volando, aunque se encuentran con unas preciosas y enormes olas, jeje. Consigo superarlas y puedo nadar más cómodamente. Llego a la boya y vuelvo. Al salir del agua me doy cuenta de que se me está cayendo el vendaje. Me paro a quitármelo aunque pierda algo de tiempo. Vuelvo al agua y damos la segunda vuelta. A pesar de que hay olas bastante grandes he nadado cómodo. Llego a la arena y corro hacia los boxes. El tramo de asfalto lo paso cojeando, intentando no pisar con el talón, así que no puedo ir muy rápido. Llego a mi bici, me pongo las gafas, el casco y salgo. El recorrido de bici consiste en dar 3 vueltas a un circuito que tenía muy pocas zonas llanas. Prácticamente todo es subida o bajada. Comienzo a adelantar a gente en la subida, aunque la primera vuelta voy tranquilo para ir cogiendo ritmo. Veo a los tres primeros bajando a toda leche. El resto viene un poco más atrás. Seguimos subiendo hasta pasar el campo de golf y un poco más arriba hacemos el primer giro. Ahora toca bajar. En la bajada también adelanto a gente, aunque la primera vuelta tengo que ir con cuidado porque sin lentilla no veo bien y hay bastantes curvas o rotondas. Aparte de esto, no quiero llevarme por delante a nadie de la organización, jeje. Llegamos a la rotonda que está cerca de los boxes y completamos la primera vuelta. Empezamos la segunda. En ésta voy más rápido y adelantamos a más gente. Algunos van con bici de montaña y pienso que deben estar sufriendo un poco, jeje. Cojo un buen ritmo, aunque cómodo. Sé que puedo ir más rápido pero quiero guardar algo para la carrera a pie. Llego al giro y bajo más rápido que la vuelta anterior, ya conozco el circuito. Aprovecho para beber agua. Voy agarrando el manillar con una mano y al pasar por un paso de peatones elevado casi se me va la bici. Uff, por poco salgo volando, menos mal que pude controlar. El que viene al lado mío me dice que ya me veía en el suelo. Por suerte sólo fue un susto. Tendré cuidado la próxima vez. Terminamos la segunda vuelta, mucha gente anima. Oigo a Raquel gritando, pero voy rápido y con tanta gente no la localizo. En la rotonda veo que al lado mío va una moto con dos personas, una lleva una cámara y me graba, aunque no puedo saludar porque estoy en plena curva. En la subida me adelantan los tres de cabeza. Menudo ritmo que llevan los muy c… Llegamos al giro y bajamos.

Bueno, se acabó la parte que más me gusta, ahora toca sufrir corriendo. Llego a boxes, saco los pies de las zapatillas y corro descalzo hasta mi zona para dejar la bici. Me duele el talón, así que voy medio cojeando. Me pongo las zapatillas y salgo de boxes. Con ellas me duele menos, pero noto la punzada. Pienso que ya que he llegado hasta aquí no me puedo retirar por esto. Intento coger un buen ritmo, aunque el circuito tenga bastantes subidas y bajadas. Lo peor fue al llegar a la playa y tener que correr por la arena y las piedras. Ahí sí que sufrí. Bueno, yo y todos, aunque para mí fue lo peor, ya que las piedras hacen que me duela más la herida del talón. Al cruzar la playa había que subir por la misma rampa empinada del principio, pero ahora ya no estaba tan fresco como cuando salí del agua, jeje. Doy la primera vuelta, ¡Joder! Qué duro, y aún me quedan dos. En la segunda voy más despacio, cada vez me duele más el talón. Cruzamos el infierno de la playa de nuevo. Que duro es correr por la arena cuando las piernas están cansadas. Me imagino el sufrimiento de los que participan en la Maratón de Sables. Subimos la jodida rampita de nuevo y completamos la segunda vuelta. La gente anima bastante. Algunos guiris miran. Supongo que pensarán que estamos locos. En la última vuelta intento ir todo lo rápido que puedo. Ya no queda nada. Adelanto a algunos que van más despacio, algunos me adelantan a mí, entre ellos Isora Sosa, la ganadora de la prueba. Bueno, yo a mi ritmo. Cruzo la playa por última vez, menos mal que ya no tendré que pasar más por aquí, subo la rampa y llego a la meta. Uff, fue duro. Más de lo que esperaba. Esto de correr con una herida en el pie ha sido un coñazo. De todos modos, estoy contento por haber podido participar y terminarlo.

Me reviso la herida y está bastante sucia, así que voy de nuevo con Raquel en busca de la ambulancia para que me la limpien. Allí hay un chico todo magullado al que le están limpiando las heridas. Seguro que se cayó con la bici. Pienso que ese podía haber sido yo, aunque por suerte no fue así. Me limpian la herida y me ponen una gasa.

En la meta veo a José Manuel. Me dice que le fue bien, de lo cual me alegro. Aún hay gente que no ha terminado de correr. Saludo a varios amigos de mi equipo. Algunos han hecho muy buenos tiempos, entre ellos Gorka, Vicen y José Carlos. Otros comentan que han sufrido bastante, pero es normal a estas alturas de la temporada. Cuando ya nos vamos veo a Pedro Carballo llegando a meta. Este hombre de 64 años tiene muchísimo mérito. Se atreve con todo, incluso con el Ironman de Lanzarote. Ojalá llegue a su edad con esas ganas y motivación.

En general la prueba ha estado bien, aunque hubo algunas cosillas que podrían mejorarse, como el hecho de tener que correr por el asfalto al salir del agua (algo que hizo que me clavara un cristal), o el retraso de casi una hora (aunque gracias a esto pude participar). He leído en algún foro como muchos critican a la organización por este hecho, pero debemos reconocer que no es fácil organizar una prueba de estas características, y menos en la situación económica actual. Así que animemos a los organizadores para que sigan apostando por este triatlón los próximos años, y agradezcamos el poder disfrutar de otro triatlón más en la isla gracias a ellos.




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